

Entre unas cosas y otras se ha ido retrasando la crónica de la escapada a Barnacity, ciudad marinera a su manera, donde el que suscribe encontró más de lo que esperaba en todos los frentes:
Viejos amigos, nuevos amigos, princesitas florinesas que lloran perlas y profesores con 80% en antropología y sin revólver. Originales deslumbrantes de Alex Raymond y Roger Ibáñez, groupies devotas del tatuaje y una sangría que no tiene nada que ver con ese aguachirri para giris embrutecidos con el que nos castigan en la capital. Muchos sudores de aquí para allá y muchas risas entre espejos rotos, cracks argentinos y nativos chiquimediáticos.
Y en medio de todo ello, el viejo y sabio Maestro de artes oscuras.