LOS CRISTALES DE COLORES I

LA NOCHE DE LAS BRUJAS

La esbelta figura se recortó inmóvil sobre la colina que dominaba el pequeño cementerio. El lugar estaba lleno de árboles desnudos, plantas secas y flores muertas ahora que había llegado el otoño. Von Lychen sonrió burlona. Sabía que el viento de esa noche era un viento especial, y que en las sombras había algo especial, pues era la víspera del Día de Difuntos, la Noche de las Brujas. Abajo, entre las lápidas, todo parecía cubierto de suave terciopelo negro, o terciopelo añil violáceo. El viento anidaba entre las tapias ruinosas y los troncos de los árboles, merodeando con pisadas invisibles de gatos invisibles…

Amenacé con hacerlo y finalmente lo he hecho. Creo que los redactores de este Blog están un poco-demasiado apoltronados en sus teclados explorando el infinito universo virtual, teniendo zagales, subiendo al Everest y transformándose en honrados ciudadanos y mejores cristianos. Entiéndanme bien ustedes, no digo yo que hacer esas cosas sea mala muerte a estas alturas de la película. Sin embargo, como también convendrán conmigo, ha llegado el momento de sacudir el polvo que se acumula en nuestros (muy) vetustos pinceles y sacarlos a delinquir un rato. Aunque sea por los viejos tiempos. Y como sé que para picar con el gusanillo de la inquietud artística hay que predicar con el ejemplo, he decidido recuperar la tradición que Dalkan intentó lanzar hace ya tiempo. Recordará nuestro lector que el experimento prosperar, lo que se dice prosperar, no prosperó. Pues bien, no queda otro remedio que remangarse y repetir, o leña al cerdo hasta que hable inglés que diría don Arturo.

Mucho he meditado sobre qué modelo elegir para inaugurar la sección y finalmente me he decidido optar por una de esas que te molan a ti, que diría Striam. Se trata de una señorita algo ligera (de ropa), bastante mal encarada y muy posiblemente con el corazón cargado de aviesas intenciones hacia el género masculino, que todo puede ser.

Hablando ya más en serio, el modelo corresponde a la nigromante referencia 02826 de la casa Reaper. El modelo original incluye un familiar chiquitín, bastante correcto, pero que he decidido sustituir por uno de creación propia más adecuado a la personalidad de la vengativa muchacha. La fotografía está hecha de aquella manera, es decir, con una muy buena cámara prestada y con un funesto fotógrafo tras el disparador. Afortunadamente, la chica es fotogénica lo cual ayuda mucho. Yo he evitado sobar la imagen sin tener ni puta idea, por lo que las fotos están en bruto. En definitiva, que el resultado es al menos aceptable y fiel al original en la medida de lo posible.

Como sabe cualquiera que haya hecho algo en la vida por sí mismo y por el puro placer de hacerlo, en algún momento tienes que mirar lo que estás haciendo y decir fin, terminado. Con todo el dolor de tus entrañas, por mucho que sepas que podría estar mejor. Verdaderamente uno siempre sabe que puede estar mejor y siempre se fijará en los defectos, por halagos que recibas, porque si no fueras de ese modo significaría que te llamas o Velazquez o Mamapollas. Yo, que desgraciadamente no me llamo Velazquez y que sinceramente prefiero no ser un Mamapollas, me consuelo pensando para mis adentros: el siguiente será mejor.

Que ustedes lo disfruten, lo critiquen pero que sobretodo… ¡PINTEN ALGO DE UNA PUTA VEZ!

Y una pregunta para el siguiente episodio... quienes son estos dos caballeros?

Nota Final: Es cierto, al subir la fotos he comprobado que el servidor hace lo que le sale de los mismos con los colores, los brillos y el contraste... en fin, cosas de internet.