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lunes, julio 26, 2010

Cuando algo va mal...

Impresionantes imágenes del accidente de un "Legacy" F-18 canadiense durante los entrenamientos previos a un show aéreo. Afortunadamente el piloto lo puede contar, aunque seguramente maltrecho por las heridas. Una eyección "dinámica" y a muy baja cota, es de todo menos agradable y segura. Como mencionaba a algunos camaradas redactores el otro día, cualquier mínima rotación sobre cualquier eje del avión convierten la aceleración de Coriolis en una auténtica asesina para el cuello del piloto. Aunque la aeronave parece impactar cerca de la pista, afortunadamente tampoco había público en ese momento. Como se ve en la última foto, los restos ardiendo y proyectados a gran velocidad podrían haber tenido un efecto demoledor sobre cualquiera apostado a muchas decenas de metros en la dirección del choque.

Mi opinión, especialmente a la vista de las fotos, es que el fallo del motor derecho podría haber provocado el accidente. Claramente se observa una posición asimétrica en las toberas de ambos motores: izquierdo con los pétalos completamente abiertos (postcombustión) y derecho con tobera cerrada. No creo que el fallo se deba a la ingestión de un pájaro (sería evidente en el vídeo), si no más bien a un fallo en el sistema de postcombustión. A esa altura y actitud (50º de ángulo de ataque) cualquier asimetría de empuje es mortal. Segundos antes de que sea evidente que algo sucede, concretamente a partir del 0:14, ya se nota mucha actividad de control por parte del piloto y el FCS tratando de luchar contra la asimetría; probablemente justo después de meter postcombustión para poder mantener la condición. La enorme resitencia mete al avión en una pérdida en viraje agravada por la asimetría de empuje...y la gravedad se limita hacer su trabajo.

El accidente recuerda mucho al sufrido por (mi admirado) Anatoly Kvochur y su Mig-29 en Le Bourget en el 89. Sólo que en esa ocasión sí fue un pájaro el causante.








2 comentarios:

  1. Un último comentario ahora que veo las fotos con más detenimiento. La tercera resulta totalmente esclarecedora. El penacho de fuego, o mejor dicho, la ausencia del mismo en el motor derecho en el mismo instante del impacto confirma que o bien ese motor iba a un régimen muy bajo (seguramente por debajo de potencia militar) o directamente iba parado.

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  2. Sí señor, un salto de esos que te hacen entrar en el club Martin Baker por la Puerta Grande... aunque de todos modos Anatoli sigue siendo el Rey!

    Efectivamente tiene toda la pinta de ser un fallo del motor derecho. La llamarada que escupe el motor izquierdo confirmaría que estaba funcionando con normalidad al chocar contra el suelo el avión y las llamas fueron aspiradas durante la explosión. Es casi seguro que el motor derecho haya tenido un flame-out por motivos desconocidos, quizás el controlador electrónico del motor haya comandado un back-to-idle (ralentí) al detectar fluctuaciones de presión en el compresor.

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