"Llanto" Lejano 2

O lo que es lo mismo...la almáciga del verano. Ya tocaba pillar la pipa amarga de la bolsa.

Aunque no soy muy dado a hacer "reviews" de software, esta vez, me veo en la tesitura -por estricta obligación moral- de, al igual que el camarada Serguey, prevenir a posibles incautos. Obra social que lo llaman algunos.

Pues sí, este título no merece ni la apropiada traducción que lo convertiría (con todas las letras) en digna secuela de su honorable predecesor. El furioso grito creativo y tecnológico que reinventó el género "1st person" y que creó todo un mito llamado Crytek, se ha convertido en un triste y apagado llanto en mitad de una, por otro lado, bellísima África.

Insípido, insolvente, repetitivo (y MUCHO), aburrido...serían adjetivos que definirían perfectamente los distintos aspectos de este juego. Únicamente es capaz de sobresalir (10) en el aspecto gráfico.

El argumento del juego puede resultar hasta novedoso: adoptas el papel de un mercenario contratado para eliminar a un contrabandista llamado Chacal [¡¿por qué ese nombre?!!! :( ] en mitad de un África enfrentada en dos bandos. Seguro que ningún guionista de Ubi murió de derrame cerebral tras parir la idea pero, al fin y al cabo, el resultado es una historia tristemente creíble por realista...si no, que se lo digan a Joselito. Hasta ahí todo bien. Quizá lo mejor de todo el juego es el viaje en taxi desde el aeropuerto hasta tu contacto en el poblado de Pala, un placer para la vista todo ello gracias a una sensación de inmersión a la altura de su predecesor, realmente "sientes" que estás allí.

Y hasta aquí llega Far Cry 2, el resto es la bufonada de alguien que ha leído de que va eso del Fall Out y los RPGs y ha aplicado el engine gráfico del Crysis. El juego puede resumirse en: me subo en el coche, llego al campamento de la misión secundaria, me bajo del coche, sibilinamente oficio de Chuck Norris arrasando con todo, me vuelvo a subir al coche y tiro millas hasta el siguiente objetivo, y así sucesivamente. Al cuarto campamento, el reprís de mataaaar con tanta caló se vuelve insoportable...y es que hace falta ser Chac para aguantar el tirón!.

Si la historia se hace ya de por sí cansina, para nada ayuda la inexpicable repetitividad de algún objeto del juego como son los vehículos. Vamos a ver, caballeros, ¿que necesidad hay de utilizar únicamente DOS modelos de vehículo -eso sí, en casi todos los colores del arco iris- cuando han reproducido PERFECTAMENTE cada yerbajo y matorral a lo largo de más de 50 kilómetros cuadrados de África?, ¿se les acabó el presupuesto o los compraron por lotes?. Ese hecho, junto con la constante necesidad de su utilización y el hastío que generan las misiones, te hace odiar el puto land rover y celebrar enfermizamente cada vez que salta uno por los aires, incluyendo el propio ("uno menos, uno menos...ya queda uno menos.....", pero nunca se acaban). Inciso: por si no lo he dicho, el pj está enfermo de malaria desde el principio del juego y tiene que buscar droja para sobrevivir.

Otro de los puntos débiles del juego, y entrando ya en mi jodido terreno, es el daño de las armas. Ya sabéis...mi eterna batalla por el realismo ;) Aunque ya contaba con ello (incluso el Far Cry sufría de este mal), los lumbreras de Ubi han blindado el juego de forma que no existe SDK y, por ende, capacidad de mod-ificación. Para ahondar en mi tristeza, con el parche v1.03 incuyeron un modo hardcore donde supuestamente solventaban problemas como la necesidad de tres disparos en el pecho del calibre 12 o varias ráfagas de 7.62 para doblegar a un flacucho ("y pensé, como me paso..."). ¡El problema es que ese modo sólo está disponible para multiplayer!. En fin, el mejor arma de todo el juego, sin duda, es el lanzallamas y su realista capacidad de generar incendios. Esto, junto con el escenario africano, lo transforma en un arma mortífera y en el sueño de cualquier pirómano. Realmente ésta es la única y verdadera aportación del juego al género, porque el resto ya estaba todo inventado, léase CryEngine.

Como conclusión diré que...para este viaje no se necesitaban alforjas. Sólo veinticuatro horas, todo un triste récord de permanencia en mi disco duro y un fiasco sólo comparable a la inefable adaptación informática del Call of Cthulhu.