Como en el Norte del Mundo todavía estamos demasiado cerca el invierno, las condiciones de luz y temperatura están muy lejos de ser las idóneas para mi colonia de venus atrapamoscas, que aún está saliendo de la fase de latencia y lentamente comenzando a crear trampas nuevas. Lo mismo le ocurre a mi nepenthes, que lleva meses sin comerse una mala avispa. Sin embargo, mis voraces semillas informes de Tsathoggua, las droseras que viven en mi habitación, han sobrevivido al General Invierno con buena salud y el sábado pasado, que tuvimos nada menos que 17 gradazos al sol, les saqué de paseo a la terracita para que se solearan un poco y de paso hacerles unas fotos.
Aunque las fotos no sean las mejores (creo que me he pasado con el tamaño), me parece que muestran algunos detalles interesantes que paso a describir:
Esta es la maceta donde crecen dos variedades difererentes de drosera. A la izquierda se puede ver una masa informe de drosera capensis -sudafricana- A la derecha puede verse una colonia de drosera rotundifolia, gringa, menos desarrollada que la capensis por culpa de sucesivas floraciones, que consumen gran cantidad de energía de la planta (la especie de cablecito verde que sale de la foto por el extremo inferior derecho es en realidad el tallo de una nueva flor) Sin embargo, tanto derroche de energía ha dado sus frutos: como podéis ver, en el recuadro rojo hay una nueva plantita con sus diminutas gotas de rocío atrapa-insectos.Y con esto y un bizcocho...
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