Ayer mi maravillosa empresa me llevó a ver "los productores". Por si alguien tiene curiosidad, mi entrada costó 60 €, y era de una fila 6 bastante centrada.
Aunque al final de la obra los "actores" comentaron que si no me gustó no dijera nada, voy a pasar de ellos.
Resumiendo, la obra es mala, bueno, no, la obra en sí no es mala, la adaptación de la obra original es mala. Siempre he pensado que si los actores secundarios son mejores que tus "actores" principales, es que tienes un problema en manos.
La "actuación" de Santiago Segura as Himself es neutra, de hecho cada gesto te recuerda invariablemente a Mel Brooks, y la de Cruz (o Raya no sé quién es de los dos) as "cualquier personaje suyo de la tele" es igual de neutra que la del anterior sujeto. De hecho se puede afirmar que el personaje de Santi no es un personaje, es un tipo que sale a decir sandeces al escenario, Cruz intenta darle cierta personalidad al suyo, pero se queda en "parodia de personaje".
Cosas que alguien debería contarles a estos:
1.- Si la frase no es graciosa, aunque la grites sigue sin ser graciosa.
2.- Si tu personaje no habla sino que grita, es probable que nadie entienda lo que dices.
3.- El hacer de uno mismo no es el objetivo de un actor en una obra de teatro.
La obra es un musical, y os preguntaréis ¿Cómo lo sé?. Porque la musica estaba tan alta, que no se entendía lo que cantaban los actores. A lo mejor ese era el objetivo, impedir que descubramos que Santiago no sabe cantar. Aparte de la estridencia salvaje de la música (y que algunos parecían cantar en playback), las canciones son poco pegadizas.
Respecto al resto de los activos de la obra de teatro, pues los secundarios son buenos, al menos crean personajes, y se les ve que disfrutan con la obra.
El humor, ¿dónde?, es inexistente, basado, no en situaciones cómicas, que cuando existen son maltratadas impunemente, si no en las gracietas fáciles, el chascarrillo cutre, y los artículos de coña.
La verdad es que para ser un musical cómico, se oían pocas risas, y muy puntuales. Al final una compañera me preguntó por qué no aplaudía, la respuesta fue contundente:
"A mi nadie me aplaude por cerrar en J+4 y mucho menos si cierro en j+12"
Del público que se reía (aparte de una tonta ajena a la empresa, que se reía por todo) no se puede decir más, que la primera carcajada vino cuando abrió la puerta Cruz y entró en el escenario. Clásica situación cómica.
¡Viva Mel Brooks!¡Abajo a los malos imitadores!
Yo tenía pensado montar esta obra con José Luis y Juan (Fortunato y Montresor) pero se me adelantaron estos capullos..
ResponderEliminarSeguro que hubiera sido infinitamente mejor. Además seguro que las vedettes disfrazadas de Camisas Marrones tendrían mejor aspecto en tu montaje.
ResponderEliminar