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sábado, junio 08, 2013

Sobre Orzowei y los Viajes en el Tiempo

Hacía mucho, pero que mucho tiempo que algo no causaba en mi hipotálamo el efecto de una yonkilata de droga plutónica mezclada con metanfetaminas pasadas de fecha.

Aunque tal vez sólo sea apto para espectadores avisados (mis disculpas para quienes no lo sean) el siguiente electroshock audiovisual funde conceptos tan cercanos y, al tiempo, tan remotos y sublimemente dadaístas como la música de las películas de Bud Spencer y Terence Hill, los dibujos de Naranjito, la guitarra de Luís Ortiz, los clímax marianos de Fortunato, la mística de Batallán (Luis Emilio) y los Calambres puestos hasta las puntas de las pestañas de clóchinas, esencias de cachitos de yoquesé, veneno de medusa del Mediterráneo y sangría del tío Arturo… todo junto y a la vez.

Y eso por citar algunas de las ideas que todavía granizan dentro de mi cabeza después de semejante viaje temporal.



Hoy, recuperado en parte del trance y pensando en los más jovenzuelos (p.ej. aquellos en edad papable), añado la versión cervantina de la canción. Nada que ver con la alucinada y alucinante actuación de los hermanos De Angelis (por cierto, más famosos en Alemania que Lutero e inventores del inglés de boca llena) pero clarifica -uno poco- quién demonios era el tal Orzowei
 

2 comentarios:

  1. Iba a decir, o escribir algo, pero...

    Sólo puedo afirmar que tenía un muñeco de Orzowei que se parecía vagamente a alguien, y no recuerdo más. No descarto que mi mente, más sabia que yo, eliminase estos recuerdos.

    No sé si ir con la pinta del guitarrista a mi próxima entrevista de curro.

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  2. Vaya por delante que yo no te lo aconsejo. Sin embargo, si logras dar con un traje mil rayas rosa chicle que no se pondría ni el Joker jarto de gas de la risa, y decides hacerlo, no olvides el bigotazo Tom Selleck para redondear el efecto. Y lo más importante: hazte fotos!!

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