(Hoy) Estamos obsesionados con:

miércoles, marzo 16, 2011

EL HORROR

Miedo a lo desconocido, a lo que vendrá luego, es el sentimiento que mueve a este redactor a realizar esta nueva y quizá inoportuna entrada.

¿Y ahora qué...?, es la pregunta.

No sé si es el foro adecuado (pocas veces lo es) ni sé adónde me llevará esta disertación. Los que sí sé es de dónde parte: un nuevo fatídico día 11. No, que nadie se equivoque, no voy a pretender establecer relación causa-efecto entre la fecha y lo acontecido. Eso, además de absolutamente bobo -simiesco, diría yo-, sería dar la razón a los que consideran que, además de saberlo todo, estamos todos los que somos y somos todos los que estamos. Absoluta serendipia, respirad tranquilos.

Desgraciadamente, y aunque esta vez toque a la Nit (un fuerte abrazo, José Luis), no vamos a poder pasar por alto estas circunstancias como aquella desgracia que sucede "muy lejos" y que casi siempre afecta al más débil. La cosa, queridos niños, ahora va con nosotros...con TODOS nosotros. Quizá muchos inconscientes, a pesar de la magnitud y la gravedad de los hechos, sigan viendo el incidente lejano. Bueno, teniendo en cuenta que esta vez se trata de cuatro (camino de seis) incidentes en uno y que están en la propia costa, frente al Pacífico, quizá estos hechos hagan que las distancias disminuyan y las conciencias se aviven.

No se trata de alimentar el alarmismo, no es momento de correr como pollos sin cabeza o de entablar acaloradas discusiones sobre Nuclear Sí/No, eso último tendrá que venir luego, aunque mucho más pronto que tarde. Es un momento de reflexión como individuos mortales y como especie. Ni éramos tan poderosos, ni sabíamos tanto, ni estábamos tan preparados como creíamos...la Naturaleza primero y su monstruo atómico después nos ha despertado amargamente de nuestro plácido sueño de progreso. Aunque a toro pasado, como casi siempre, ahora debemos sacar lecciones aprendidas. Eso sí, una vez que todo esto termine, porque me temo que la bola apenas acaba de echar a andar...

Como científico "abierto de mente", que no descerebrado, considero que el resto de la comunidad y en especial los organismos internacionales, deben abandonar el butacón de la prepotencia y los intereses económicos para afrontar de manera más ambiciosa hipotéticos escenarios como el "imposible que suceda" que ahora vivimos. Hoy sabemos que la escala Richter no acaba en 8. Quizá mañana descubramos que es una escala abierta por la derecha y que los números, bien sean reales o enteros, son infinitos. Sabemos muy poco de nuestra propia Tierra, a la que catalogamos de "impredecible", pero somos tan estúpidos de usar de manera categórica adjetivos como "improbable" e "imposible" para definir sus comportamientos.
¿Hay algún sismólogo en la sala?, si lo hay tengo una osada pregunta que hacerle de colega a colega: ¿cuántos estudios rigurosos existen a día de hoy acerca de una hipotética correlación entre los movimientos telúricos y la actividad solar?. O, mejor dicho, ¿existe alguno?.

La pregunta tiene su origen en mi anterior entrada, la que trata de las fulguraciones solares. Según los datos, el día 14 de Febrero (también serendipia) hubo una de las mayores fulguraciones registradas desde el descubrimiento del llamado efecto Carrington. Como sabemos, las fulguraciones siguen ciclos de 11 años, concentrándose de manera estadística (siguiendo una especie de ji-cuadrado) el máximo de la actividad en los dos primeros años del ciclo. Aunque suceden miles de sismos a lo largo del año y a lo largo de todos los años desde que el mundo es mundo, creo que merece repasar la siguiente lista de terremotos (Año, lugar, escala Richter):

2011, Japón, 8.9
2010, Chile, 8.8; China, 6.9
2004(*), Índico, 9.3
1999, Colombia, 6.4
1991, Costa Rica, 7.7

(*) Aunque casi coincidiendo con un mínimo de actividad, desde comienzos hasta finales de verano de 2004 se produjeron hasta 14 fulguraciones clase X (tope de gama).

Un estudio estadístico bien realizado posiblemente podría establecer cierto nivel de correlación entre ambos fenómenos aparentemente tan dispares. Es sabido que la estadística puede demostrar o refutar cualquier hipótesis, si se usa adecuadamente, o mejor dicho...indiscriminadamente. En este caso, creo que existiría un mínimo sustento físico, casi axiomático, que a la vista de los acontecimientos (pasados, presentes y futuros) al menos justificaría el ejercicio.

Para ser breve, si las eyecciones de materia corolar se producen cuando hay alteraciones del campo magnético solar (líneas de campo abiertas) cuyo principio de existencia se asemeja al terrestre, nada nos debería hace pensar que si esa salvaje cantidad de energía llega a nuestro campo magnético no lo alteraría lo suficiente como para inducir "sutiles" efectos mecánicos. Un imán aislado posee un campo magnético uniforme y se mantiene en reposo. Si a dicho imán se le acerca otro campo magnético, sus líneas de campo se verán alteradas (como sucede cuando las CMEs llegan a la Tierra) y como consecuencia se producirá una fuerza de reacción.



Dado que estamos hablando de energías enormes, quizá ese pequeño épsilon despreciable multiplicado por órdenes de magnitud de 10E6, 10E9, 10E12 arrojen unos números y contribuciones nada despreciables para originar ese pequeño empujón que suelen necesitar los sistemas en equilibrio inestable para "arrancar".






De lo que sí estoy seguro es que hoy me acostaré más preocupado que ayer y, espero, más o mucho más que mañana...

No hay comentarios:

Publicar un comentario